Jeanine Áñez: 'Yo no moví un dedo para llegar a la presidencia'

"Áñez busca disfrazar con 'heroísmo' la ilegalidad; pretende construir una épica donde solo existen delitos por los cuales debe responderle al país", dijo Adriana Salvatierra.

"Yo no moví un dedo para llegar a la presidencia". Así se defendió Jeanine Áñez de las acusaciones en su contra en el caso Golpe de Estado II, instaurado debido a su proclamación el 12 de noviembre de 2019, dos días después de la renuncia de Evo Morales.
Enérgica, desafiante y con un semblante recuperado, la exmandataria transitoria asistió ayer a la primera audiencia presencial en el juicio oral que se le sigue, en la misma cárcel de Miraflores donde guarda detención preventiva desde el 15 de marzo de 2021.
"No era Jeanine Áñez la que estaba manipulando; ni dando instrucciones ni dando órdenes. Yo no moví un dedo, señores del tribunal, para llegar a la presidencia", dijo Áñez en la audiencia.
Áñez, en 2019 segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, se proclamó presidenta de ese órgano camaral y luego presidenta del Estado en sendos actos en una Asamblea Legislativa sin quorum ni presencia de la mayoría legislativa del Movimiento Al Socialismo (MAS) de entonces.
Lo había hecho luego de un intento fallido de convocatoria a sesiones y pese a su anuncio de disponer la lectura de las renuncias de Morales y del entonces vicepresidente Álvaro García.
"Mi nombre comenzó a salir por sucesión constitucional, y pude haber dicho que no", dijo Áñez como argumento respecto de las renuncias de Morales y García, además de los presidentes de las cámaras de Senadores, Adriana Salvatierra, y de Diputados, Víctor Hugo Borda.
"Por eso recayó la posibilidad en Jeanine Áñez, que pudo haber sido el senador (Óscar) Ortiz o la senadora (Carmen Eva) Gonzales, pero estaba yo; era yo la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, y yo no eludo mis responsabilidades; yo las enfrento", insistió la exmandataria.
Ese domingo 10 de noviembre, a las 18.15, Salvatierra renunció vía redes sociales a sus funciones de presidenta de la Cámara de Senadores. La red Unitel contó ese día que en el aeropuerto de Viru Viru la esperaban con una orden de aprehensión. Y en una entrevista con LA RAZÓN, el 18 de junio de 2021, denunció que entonces "había la intención de una ruptura de la sucesión constitucional".
A las 13.30 de ese día, Borda fue el primero en presentar su dimisión. Lo hizo a través de la red Bolivisión, en la que denunció que fue obligado a tomar la decisión debido a que su hermano estaba a punto de ser quemado por jóvenes movilizados en Potosí.
También renunciaron la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Susana Rivero, y el vicepresidente de la Cámara de Senadores, Rubén Medinacelli.
En una entrevista con este diario, el 19 de febrero de 2021, la expresidenta de la Cámara de Senadores Eva Copa, ahora alcaldesa de El Alto, dijo que la estrategia era atacar a la línea de sucesión presidencial. "Adriana nos dijo que la estaban esperando con una citación de aprehensión en el aeropuerto y tuvo que irse a asilar a la Embajada de México; a Medinacelli le pusieron dinamita en su casa de Oruro, iban a hacer explotar si no renunciaba; y al hermano del diputado Borda lo agarraron y corretearon en la plaza (en Potosí)", recordó la exlegisladora.
Ayer, Áñez los tildó de cobardes. "¿Por qué no asumió Adriana Salvatierra? ¿Por qué no asumió Víctor Borda? Eso deberían preguntarse. ¿Por qué no tuvieron el valor de asumir la presidencia? ¿Saben por qué? Por cobardes, porque sabían que tenían un país en llamas, porque sabían que había mucha convulsión social", dijo.
Y siguió. "Creo que se necesita o ser muy irresponsable o valiente para tomar un país en semejante convulsión", afirmó la acusada.
Salvatierra la replicó ayer a través de LA RAZÓN: "Áñez busca disfrazar con 'heroísmo' la ilegalidad; pretende construir una épica donde solo existen delitos por los cuales debe responderle al país".
Áñez es acusada —a instancias de la Procuraduría General del Estado, el Ministerio de Gobierno y la Cámara de Senadores— de presuntos delitos de resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes, e incumplimiento de deberes.
"No hay nada de valiente en conocer la norma e incumplirla", insistió Salvatierra.
"Así como no existe pacificación posible si se busca derramando la sangre del pueblo; sobre eso ya se pronunció la comunidad internacional y ahora la Justicia", dijo respecto de la referencia que suele hacer Áñez a su papel en la "pacificación" del país en 2019.
MASACRES
En otro juicio, cuya proposición acusatoria se encuentra en la Asamblea Legislativa a la espera de su aprobación por dos tercios de votos, Áñez es acusada por las masacres de Sacaba, el 15 de noviembre de 2019, y Senkata, el 19, cuya represión militar-policial —al amparo del Decreto Supremo 4078, que eximía de responsabilidades penales— terminó con una veintena de fallecidos por impacto de bala.
Menos de dos horas después de la renuncia del presidente Morales, Áñez fue consultada por un grupo de políticos, embajadores y miembros de la Iglesia Católica sobre si aceptaba la sucesión.
Su nombre había sido propuesto en sendas reuniones extralegislativas en la Universidad Católica entre el 10 y 12 de noviembre. Sus proponentes habían apelado a una resolución del Tribunal Constitucional para sustentar su llegada al poder. Un comunicado del órgano constitucional del 12 de noviembre sirvió como su argumento.
Ahora Áñez reivindica un juicio de responsabilidades. Su audiencia fue suspendida ayer y continuará el 12 de abril.