El proceso revolucionario antiimperialista en Bolivia ha dado pasos inmensos de transformación económica, política y social en los 14 años de la presidencia de Evo Morales y ahora se plantea la necesidad de profundizar esta perspectiva de manera integral tomando en cuenta la Agenda Patriótica y el proyecto de industrialización que consolide los avances conseguidos y trace una perspectiva orientada hacia la mayor independencia económica, la igualdad y dignidad sociales y la soberanía política con democracia participativa y deliberativa.
El gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), encabezado por Luis Arce y David Choquehuanca, ha planteado, en un contexto internacional y regional difuso y contradictorio, la necesidad de "implementar el proceso de industrialización con sustitución de importaciones como parte del proceso de liberación nacional" bajo la matriz constitucional del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mescp) que propone el protagonismo de los trabajadores del campo y las ciudades con la orientación estratégica del Estado nacional fortalecido.
La industrialización con sustitución de importaciones surgió en América Latina y el Caribe en la postSegunda Guerra Mundial, bajo el paradigma del desarrollo, tomando en cuenta que las relaciones comerciales y financieras entre las metrópolis capitalistas y las semicolonias o países dependientes eran totalmente inequitativas por el deterioro de los términos de un intercambio basado en la explotación y exportación de materias primas (los recursos naturales estratégicos) y la importación de manufacturas y productos industrializados.
Fueron los gobiernos nacionalistas y populares los que llevaron adelante esta propuesta, especialmente en México, Brasil, Argentina y Chile, con importantes y positivos resultados, sin embargo, las burguesías comerciales y las oligarquías locales sometidas al imperialismo fueron incapaces de liderizar el proceso y fueron los Estados nacionales fuertes y la construcción de mercados internos sólidos los que permitieron conseguir apreciables resultados. Las dictaduras antinacionales y el neoliberalismo fueron los instrumentos de la destrucción del proyecto de industrialización endógena y de la integración.
Sergio Almaraz, el mayor pensador nacional boliviano, definía que el control de los recursos naturales estratégicos y su industrialización son la base sobre la cual se podrá avanzar en un proceso de liberación nacional, en un proceso revolucionario fundado en la soberanía y autodeterminación del pueblo boliviano.
En la actualidad, junto a la consolidación de un Estado nacional fundado en la democracia participativa y deliberativa y el fortalecimiento del mercado interno, corresponde fiscalizar y revertir los latifundios de los terratenientes del Oriente, la vigilancia del comercio exterior, el control efectivo de los recursos estratégicos como el litio, el hierro, los hidrocarburos, el oro, los minerales, la energía hidroeléctrica, por una parte; y la imposición de mayores impuestos a las extraordinarias ganancias de los bancos y de las empresas de telecomunicación, ante el asedio de grandes corporaciones y transnacionales, mineros medianos, terratenientes o empresarios "cooperativistas", por otra.
El avance nacional-popular con estos desafíos permitirá abrir los cauces para la profundización del proceso de liberación, con la mirada puesta en la estrategia de integración latinoamericana y caribeña y la construcción de un socialismo comunitario y continental.
Industrialización y sustitución de importaciones
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