POR : JIMENA COSTA BENAVIDES
Los resultados del 18/O dejaron bailando y feliz a la mitad de la población; y atónita y desconfiada a la otra mitad. Las encuestas -todas- mostraban la probabilidad de una segunda vuelta y los analistas pensamos que las coincidencias en esas tendencias eran creíbles, incluyendo las de Tu Voto Cuenta que, como sabemos, no son manipuladas. Grave error mirar las encuestas y no hablar con la gente en calles, ferias y mercados. Pero la pandemia lo impidió, así que caímos en manos de empresas encuestadoras que sólo muestran lo que los encuestados quieren decir, no lo que en realidad piensan. Sociedad desconfiada que no está dispuesta a darle información de lo que pretende hacer al extraño que toca su timbre o llama por teléfono.
El MAS habló del voto oculto y la mayoría no lo vimos, creíamos que era voto útil. Segundo error. Parecía poco probable que después de estar tan empoderados, los sectores populares no quieran mostrar su identidad política o, aunque no sean del MAS, no quieran decir que votarían por Arce. Es una mayoría la que respalda al MAS, pero al parecer no le enorgullece decirlo. ¿Será que tanto miedo da el ministro Murillo?
Pero más allá de los errores y las desconfianzas queda un resultado real de polarización entre los que en el MAS encuentran la posibilidad de satisfacer sus expectativas; y lo que en el MAS ven morir toda posibilidad de satisfacer sus expectativas. No importa cuales sean esas expectativas. En lo único que parece haber coincidencia en ambos bloques, es que nadie quiere el retorno de Evo Morales.
Evo Morales llegó al poder el 2005 con mucho apoyo y con una agenda de reivindicaciones de los sectores populares que gradualmente abandonó para aproximarse a la que al principio llamaba "elite de la derecha oligarca-neoliberal-vende patria-separatista" del oriente. Dejó la chompa rayada por el traje de diseñadora; dejó los jeeps de ONG por avión de la Manchester United y gradualmente dejó de ser el líder indígena para ser el caudillo autoritario. Perdió el apoyo.
El prorroguismo y la imposición de la repostulación del binomio Morales-García no le alcanzó al MAS para ganar limpiamente y en primera vuelta las elecciones generales del año pasado; sin embargo, el cambio de binomio a Arce-Choquehuanca le devolvió al MAS el apoyo y ganó cómodamente, y en primera vuelta, en las elecciones generales recientes. Al parecer, el problema no era el MAS, era el Evo, el presidente eterno y su cúpula.
Ganó el binomio Arce-Choquehuanca y el senador cocalero recientemente electo Leonardo Loza anuncia que en pocos días retornara al país el "hermano presidente Evo Morales". Si Evo es el presidente, ¿qué es Arce? Si las listas de candidatos las hizo Morales en Buenos Aires ¿la bancada recién elegida responde al MAS a Choquehuanca o a Evo? ¿Va a gobernar el "hermano presidente" o el presidente electo por voto popular? Si Arce-Choquehuanca deciden asumir el mando ¿los van a dejar? ¡Qué nervios!
Si una de las demandas de las bases del MAS al binomio durante la campaña fue "que no vuelva la cúpula del Evo" … ¿Arce y Choquehuanca van a poder cumplir? ¿el jefazo va a cambiar de cúpula? ¿se va a mantener la vieja cúpula detrás de bambalinas? ¿Volverán las oscuras golondrinas?
Son muchas preguntas… ¿creyeran que me da curiosidad? Además, lo que sea que decidan nos va a afectar a tod@s. ¿Serán más fuertes los movimientos de la base o el entorno del "hermano presidente"?
Jimena Costa Benavides es politóloga.
No era el MAS, era el Evo
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