Contra la homo-lesbo-bi-transfobia


Es el miedo, probablemente, uno de los sentimientos más comunes que inunda a los familiares de personas de diversidades sexuales y genéricas, cuando reconocemos a nuestros hij@s divers@s y les acompañamos en la vida y en su búsqueda de la felicidad.
Talvez porque sabemos que, a pesar de los avances formales y progresivos -que cuesta tanto arrancar a tomadores de decisión- en el reconocimiento de los derechos de personas del colectivo LGBTQI+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero, queer, intersex y más), todavía no hemos logrado erradicar los discursos de odio y discriminación.
Asusta saber que ser, expresarse y amar de forma diferente, para ser felices, expone a nuestros hij@s a ser señalad@s, atacad@s, violentad@s y agredid@s. Tenemos muestras cotidianas de estas vulneraciones, resistencias de la institucionalidad estatal a registrar sus uniones, a reconocerles el derecho a heredar, negarles el derecho a conformar familia, discriminación en la búsqueda de trabajo por sus expresiones de género, impunidad ante los crímenes de odio y violencia.
A veces con argumentos basados en creencias y dogmas religiosos o usando las tradiciones culturales o moralinas, se les niega su existencia, se restringen sus derechos humanos, se promueven narrativas estigmatizantes o, bajo el manto de la ignorancia, se les considera enferm@s o loc@s.
Desde el 2011, Bolivia se suma a los países que conmemoran el 17 de mayo, como el Día de lucha contra la transfobia, bifobia, homofobia y la lesbofobia, como recordatorio de la deuda del Estado con las personas LGBTIQ+, en materia de protección, desarrollo de políticas públicas inclusivas y en calidad de garante de derechos. Y a la sociedad, la deuda que tenemos como humanidad para asegurar condiciones adecuadas para el ejercicio pleno de derechos, eliminar el estigma y la discriminación.
Que todas las personas somos iguales, continúa siendo sólo una promesa en nuestra Constitución, mientras no logremos avanzar en el reconocimiento de la riqueza de la diversidad sexual y genérica. Más allá de los discursos políticamente correctos y que no se traducen en voluntad política para producir avances concretos, debemos construir valores que nos permitan - como sociedad - vencer los prejuicios, ser más incluyentes y eliminar la homo-lesbo-bi-transfobia.