El cambio de "representante presidencial" en el Tribunal Supremo Electoral permite traer nuevamente a la reflexión el absurdo y sin sentido de que un Órgano del Estado -el Ejecutivo- designe a un "representante" en otro Órgano del Estado -el Electoral-, que, en muchos casos, acaba siendo designado como presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Inaceptable. Distorsiona por completo la idea del "árbitro independiente" y este despropósito ya estaba presente en la Constitución anterior ¡decisión que no le incomodó mantener al Movimiento Al Socialismo!
Lo que le pasó a Salvador Romero cuando Jeanine Añez decidió lanzar su candidatura es un triste ejemplo de ello, pero antes lo vimos con Evo Morales. Romero no fue el primero y con seguridad no será el último que siendo "representante" presidencial presidió el TSE.
En la actual Constitución existen dos artículos (el 172 y el 206) que señalan que la o el presidente designa a sus representantes ante el Órgano Electoral; la Ley 018 del Órgano Electoral también lo señala en dos artículos (13 y 33): uno al TSE y uno para cada tribunal departamental.
El diseño del modelo democrático se funda en la separación y equilibrio de los poderes -órganos- del Estado. Para que esto se cumpla, todos los vocales del TSE deberían ser designados y seleccionados meritocráticamente por los representantes del pueblo, diputados y senadores, en la Asamblea Legislativa, pero, además, deberían ser las asambleas legislativas departamentales las que designen a tod@s l@s vocales departamentales, no la Cámara de Diputados.
En realidad, para que pudiésemos hablar de una verdadera y real autonomía, los departamentos, a través de sus asambleas legislativas, deberían también definir el sistema electoral a aplicarse, incluyendo las fórmulas, circunscripciones, tipo de voto, de candidaturas, etcétera; no el nivel central del Estado.
Por supuesto, designe quién designe, no puede evitarse que las decisiones se tomen a partir de los intereses de los decisores: son los partidos políticos los que determinan el contenido de la Constitución, de las leyes, de los reglamentos camarales, etcétera. Son los partidos políticos, en la Asamblea Legislativa Plurinacional, quienes han definido -de acuerdo a la correlación de fuerzas de ese momento- el sistema electoral vigente a nivel nacional, departamental y municipal. Es decir, los intereses de esos partidos han definido las reglas de juego para la composición de los tribunales electorales, de las asambleas plurinacional y departamentales, del sistema electoral, etcétera.
¿Cuál es el resultado? La crisis de representación del sistema político que hace que los ciudadanos se distancien cada vez más de la política y de los políticos.
¿Hay posibilidades de corregir este contrasentido en el corto plazo? Definitivamente no. ¡Ningún partido va a renunciar a la maravilla de tener un representante dentro del órgano que administra los procesos electorales!
El presidente aparente ha designado a la señora Dina Chuquimia como su "representante". Creo que no la nombraron presidente del TSE para disimular. Ahora son tres vocales no masistas y cuatro vocales masistas que para la próxima elección no corregirán las distorsiones existentes, ni los problemas del Registro Civil ni del padrón; ni cambiarán al personal que trabajaba en el OEP desde antes del fraude del 2019 y siguen.
La señora Dina Chuquimia fue parte del TSE que fue bautizado como "la banda de los siete". Muy clarito el mensaje del presidente aparente al haberla designado.
Jimena Costa es politóloga.
L@s delegad@s presidenciales
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