Hace treinta años, el 2 de abril de 1991, en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, Colombia; las Repúblicas de Bolivia y Chile participaron por primera vez en el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política, más conocido como Grupo de Rio, que había surgido naturalmente ante los desafíos que enfrentó la región en la década de los años ochenta y respondía a la necesidad de contar con una instancia ágil y pragmática de concertación al más alto nivel político, en un contexto regional caracterizado por nuevos aires democráticos que soplaban en América Latina y el Caribe.
Esa reunión fue importante para Bolivia, no solo porque pasaba a ser miembro del principal foro de consulta y coordinación política de la región, pero también por dos otros hechos significativos que tuvieron lugar ese día en Bogotá y que luego de un tiempo prudencial, puede ser de interés que se los dé a conocer, para el beneficio de las nuevas generaciones nacionales.
En efecto, la primera de ellas se trataba de una reunión extraordinaria del Consejo de Cancilleres del entonces Grupo Andino, que fue convocada a solicitud de Bolivia y en la cual presentamos a las delegaciones de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, la candidatura de Enrique García R. a la Presidencia Ejecutiva de CAF, que resultó ser uno de los grandes aciertos de nuestra Política Exterior, y que represento un cambio cuántico para la principal institución financiera del mundo en desarrollo en la que no hay participación accionaria de las grandes economías mundiales. En efecto, el crecimiento, expansión y fortalecimiento que obtuvo CAF durante la presidencia de nuestro compatriota, no solo ha sido reconocida por las principales calificadoras de riesgo de inversión, por la comunidad financiera mundial, por los distintos gobiernos, sectores empresariales, instituciones académicas y medios de comunicación social de los más diversos confines del planeta, sino que representó que la institución pase a ser una fuente sólida y nueva de recursos frescos captados en los mercados financieros mundiales para ser canalizados a la región en beneficio de los países accionistas, en la mejora de la calidad de vida de sus habitantes, en la expansión productiva tanto pública como privada, y en el apoyo al fortalecimiento de la Integración pragmática y efectiva de América Latina y el Caribe.
La visión, liderazgo y capacidad profesional de Enrique García Rodríguez, fue la responsable de la transformación y proyección internacional de la Corporación Andina de Fomento hacia las ligas mayores del sistema financiero internacional en que hoy se encuentra.
El segundo hecho, que es también escasamente conocido, es el relativo al lanzamiento de la relación bilateral de Bolivia con Chile a principios de esa nueva era democrática que se estaba inaugurando en nuestros países. En efecto, en dicha ocasión el suscrito, en la calidad de Viceministro de Asuntos Económicos e Integración, se aproximó al Director Económico de la Cancillería chilena, Embajador Augusto Bermúdez, para proponerle contribuir a que los Cancilleres de nuestros países aprovechasen esa oportunidad y circunstancia, para que conversen de manera franca y abierta sobre la relación bilateral. Como resultado de dicha propuesta, el Canciller Enrique Silva Cimma, invitó al Canciller Carlos Iturralde Ballivián a un desayuno en la residencia del Embajador de Chile, Sr. Armando Jaramillo al día siguiente.
A dicho encuentro concurrimos el Canciller Carlos Iturralde, el embajador de Bolivia en Colombia, Sr. Oscar Lazcano y mi persona. A tiempo de recibirnos y saludarnos, el Canciller Silva Cimma mencionó que el día anterior (1ero de abril) se ha había producido un hecho de la mayor gravedad en Santiago y que hacía imperioso su retorno, y era el magnicidio perpetrado contra el Senador de la República, Sr. Jaime Guzmán Errázuriz, a quien caracterizó como "el principal ideólogo de la oposición". El Canciller Silva Cimma, señaló que, en su calidad de presidente del Partido Radical y miembro de la coalición de gobierno, su presencia en Chile se hacía indispensable, y que partiría inmediatamente después del encuentro con su homólogo boliviano, para lo cual ya estaba esperándolo un avión de la FACH en el Aeropuerto de El Dorado. Enrique Silva Cimma le dijo al Canciller Iturralde "que la importancia que el encuentro revestía para su país había hecho que no dudara un momento en permanecer en Bogotá". Como resultado de ese encuentro posteriormente se instauró un proceso gradual de aproximación sobre aspectos puntuales que fueron cimentando la confianza y el entendimiento tan necesarios e imprescindibles para acometer esa tarea caracterizada por el recelo y desconfianza principalmente de nuestro lado de la Cordillera. A modo de ejemplo, baste mencionar, el Acuerdo de Complementación Económica (ACE 22) que rige nuestras relaciones bilaterales hasta hoy en día; las visitas reciprocas de los responsables de energía, el presidente del Comisión Nacional de Energía (no había ministerio en la época) a La Paz, y el Ministro de Energía de Bolivia a Santiago para explorar las posibilidades de integración energética, entre muchos otros.
Hoy, y ante el anuncio del inicio próximamente de "una nueva etapa de acercamiento bilateral", permítanos una modesta sugerencia; convendría tener presente las lecciones de la historia, y avanzar gradual y progresivamente a partir de la construcción de confianzas, y en base a una comunicación transparente y cotidiana, y sin generar expectativas que no estén asentadas en la realidad y en el pragmatismo. Ojalá se eviten triunfalismos estériles y de corto plazo y la mirada este concentrada en aspectos puntuales que beneficien a los ciudadanos de uno y otro lado de la Cordillera. Los bolivianos y chilenos estamos llamados a convivir en paz, amistad, y cooperación.
Carlos Zannier Claros es Economista e Internaciionalista
Repasando un poco de historia diplomática
❮
❯