Ferroviaria Andina apuesta a la integración con Arica y La Quiaca

La crisis sanitaria provocó pérdidas a la compañía y redujo al mínimo el volumen de carga transportada. La empresa apuesta en el futuro a mover el litio.

La Empresa Ferroviaria Andina cumple 25 años de administración privada en el país. Después de dos años muy difíciles, tiene la mirada puesta en reactivar la economía y consolidar la rehabilitación de la ruta hacia Arica, además de la integración con Antofagasta, en Chile, y La Quiaca, en Argentina.

Los ferrocarriles jugaron en el pasado y juegan en la actualidad un papel relevante en la historia y la economía de Bolivia.

La gerente de Ferroviaria Andina, Cynthia Aramayo, señala que en los últimos años, particularmente desde 2015, la empresa ha dejado de ser solamente una compañía de transporte y hoy enfoca sus operaciones como un centro logístico integral, convirtiéndose en un aliado fundamental de las exportaciones e importaciones bolivianas.

La gerente de Ferroviaria Andina, Cynthia Aramayo.
Foto:Página Siete
El 80% del transporte de carga que moviliza la empresa son minerales para diferentes empresas, pero la principal es la minera San Cristóbal con un volumen de carga que oscila entre 650 mil a 700 mil toneladas.


"Tenemos capacidad instalada para transportar un millón a 1,2 millones de toneladas, pero desde 2019 hemos tenido problemas. Se tuvieron los conflictos desde junio con paro cívico en Potosí y eso afectó", indicó.

Una vez que terminaron los conflictos de 2019 se esperaba una normalización de las operaciones, pero en marzo de 2020 el gobierno declaró cuarentena por la pandemia que paró la actividad minera. La situación económica de Ferroviaria Andina se torno complicada.


"Para la empresa la pandemia fue terrible, en abril apenas movilizamos 2.000 toneladas con ingresos de 50.000 dólares. Por mes deberíamos transportar 90.000 toneladas para cubrir costos. Los ingresos se vinieron abajo, pero no los gastos y obligaciones", precisó.

Para mayo de 2020 se recuperó algo, pero en general la empresa ha estado operando a un 75% de su capacidad, ya que San Cristóbal, uno de los principales clientes, tuvo que parar operaciones.

"El año pasado la Ferroviaria ha perdido 2,3 millones de dólares. Desde 2013 a 2015 la empresa venía reportando pérdidas, pero en 2016 a partir de la reducción de costos y un agresivo plan se cambió la forma de trabajo y se lograron utilidades y en 2017 se llegó a un punto de equilibrio", puntualizó Aramayo.

Los planes


La gerente de Ferroviaria Andina informó que en la actualidad la empresa llega hasta Villazón, pero existe una vía férrea tendida hasta La Quiaca, hacia donde se podría ampliar sus operaciones. "Nos hemos reunido con el gobernador de Jujuy para que podamos llegar hasta La Quiaca a recoger mercadería en la frontera con Argentina, eso beneficia al importador boliviano porque ya no deberá pagar transporte internacional hasta Villazón", subrayó Aramayo. Las tratativas están en curso, pero se deben realizar algunas refacciones para convertir a La Quiaca en un centro de transferencia.

Aramayo explicó que también se busca reactivar el ramal hacía Arica y se está en negociaciones, pero un problema con el que se tropieza es que en esa ruta hay una gradiente muy alta que encarece la operación y la vuelve ineficiente. "Hemos sugerido que Chile pueda subvencionar ese lado, como empresa estamos preparados para hacer el servicio bajando trigo o soya y subir con acero. Si se licita ese tramo con subvención nos interesaría mucho ingresar", manifestó.

La integración también pasa por llegar a Antofagasta y Puno.

Ferroviaria Andina en 25 años consolidó: 1.834 kilómetros de vía operativa, 17 locomotoras, 723 vagones, 11 estaciones principales en la red andina, 123 millones de dólares invertidos, 20 millones de toneladas transportadas, un promedio de 1,5 millones de toneladas de carga transportada al año, en las que se destacan los concentrados de mineral, trigo, harina, cebada, ulexita, clinker, cemento y otros.


El 35% del PIB es movilizado por la firma con su servicio


Aunque el año pasado fue crítico, Ferroviaria Andina transporta el 35% del PIB de Bolivia con servicios de logística integral, informó la gerente general de la empresa, Cynthia Aramayo.

Su capacidad de transporte de carga es de 1,5 millones por año, a través de sus 11 estaciones principales, que se encuentran en Oruro, Potosí, Uyuni, Río Mulato, Tupiza, Villazón, Avaroa, entre otros puntos del país.

Vagones de la compañía en plena operación.

La inversión también ha afectado positivamente a la renovación tecnológica en equipos informáticos y de telecomunicaciones, mejoramiento de las maestranzas de mantenimiento a la maquinaria, así como mejoramiento de equipo rodante, según la gerente.

Aramayo destacó que el orgullo de los últimos cinco años es la adquisición de las locomotoras SALI (South American Ligth Locomotive) de la fábrica Stadler de Valencia, España.

Son maquinarias de última generación, con tecnología para las montañas, que fueron fabricadas especialmente para operar en regiones de altura y llevar carga por lugares de alta pendiente como el altiplano.

"Estamos muy orgullosos de esta adquisición, porque la empresa compró locomotoras después de 40 años. Este es un paso más hacia la unificación ferroviaria del territorio boliviano y la mejora de oportunidades de integración y comercio, no solo internamente en Bolivia, sino también con sus países vecinos y otras regiones del mundo, al tener un transporte mucho más competitivo y seguro", precisó la gerente de Ferroviaria Andina.