El excomandante aseguró que el 26 de junio, en la plaza Murillo, la intención "era hacernos una emboscada" para que algunos militares reaccionaran.
El excomandante del Ejército Juan José Zúñiga afirmó este miércoles que el Gobierno tenía la intención de emboscar a militares en la plaza Murillo, el 26 de junio, para provocar una reacción que derivara en un enfrentamiento con policías y sectores sociales.
Zúñiga habló con los medios antes de ingresar a instalaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de La Paz para firmar un certificado de garantías a favor de las presuntas víctimas de la toma de la plaza Murillo. En ese contacto explicó detalles de lo ocurrido en los días previos y durante la jornada del 26 de junio. Reiteró que no se trató de un intento de golpe, como aseguró el gobierno de Luis Arce.
"La intención era hacernos una emboscada (…) El palacio (quemado) estaba lleno de francotiradores. Entonces, lo que ellos buscaban era una pequeña reacción con algún miembro de la Policía o con algún miembro de los movimientos sociales para generar un enfrentamiento", afirmó el excomandante, quien fue trasladado esta mañana desde Cochabamba a La Paz.
Aseguró que debido a la estrategia el blindado en el que se encontraba fue golpeado por el entonces ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, con la intención de provocar una reacción de seguridad militar.
"Cuando ese sinvergüenza de Sonia (Del Castillo) golpea el blindado, era para que alguien de mi seguridad se levante y se genere una reacción. Pero pese a eso, controlamos la situación, por esos esos soldados son héroes, intentaron meternos en una trampa".
El excomandante reiteró que todo fue orquestado por el Gobierno de Luis Arce para mejorar su imagen y demostrar que contaba con el apoyo del Ejército en un momento marcado por protestas en su contra.
Lo que pasó días antes y el miércoles
Zúñiga afirmó que desde 2020 se reunía cada domingo con el entonces presidente, Luis Arce, después de jugar baloncesto en el colegio La Salle de La Paz. Según dijo, en esos encuentros, que duraban entre 20 y 30 minutos, él entregaba criterios y análisis de inteligencia, mientras el mandatario daba instrucciones.
"Esa semana el país se encontraba ante una amenaza, y el presidente decía: 'Si no paso esta semana, no creo que termine mi gestión'. Y me dice (el domingo 23 de junio): 'General, traiga los tanques por si acaso, por si acaso esto se desborde y por lo menos va a servir para neutralizar, para asustar las amenazas'".
El excomandante señaló que, para cumplir esa instrucción, se trasladó al Colegio Militar, en la zona de Irpavi, y comunicó la orden a su Estado Mayor y a jefes militares. En la noche, informó de la situación al entonces ministro de Defensa, Edmundo Novillo.
"Le doy parte de esa instrucción al ministro de Defensa que se encontraba en el aniversario de su pueblo de Totora, y él me dice: 'Cumpla, no se objeta la orden del presidente'".
Agregó que el lunes recibió la llamada de "un terrorista internacional", a quien no identificó aunque presumiblemente se referió a Hugo Moldiz, exasesor de Arce, que se encontraba "junto a Fernando Rodríguez", también allegado al mandatario, para consultarle si los tanques ya habían llegado.
"Me llaman a mi celular y (me preguntan si) 'han llegado tus fierros, los tanques'. Sí, contesto. Y se alegra".
Indicó que los blindados llegaron el domingo y permanecieron en el patio del Estado Mayor de Miraflores durante cuatro días.
"Estuvieron hasta el día miércoles, domingo, lunes, martes, casi cuatro días en pleno patio (…), donde casi trabajan dos mil personas", dijo Zúñiga, quien cuestionó que nadie haya informado esto.
Añadió que el lunes ingresó a la Casa Grande del Pueblo encapuchado, para no ser reconocido por la prensa, y se reunió con Moldiz, Novillo y la ministra de la Presidencia, Marianela Prada, quienes —según afirmó— le dieron instrucciones.
Aseguró que Moldiz fue quien planificó "todas las acciones sucias en contra del Estado".
"Y al último me dicen lo siguiente: 'El presidente, el presidente Lucho está frente a una amenaza principalmente del sector transporte. Necesitamos demostrar el apoyo del poder militar al gobierno legalmente constituido'. Simplemente, (…) este comandante puede decir es su orden", dijo Zúñiga, quien aseguró que acató "sin saber las oscuras intenciones".
Relató que el miércoles 26 de junio, después del almuerzo, se dirigió a la plaza Murillo y le llamó la atención ver el área completamente despejada: "No había un solo policía, no había una sola barricada" y aseguró que por esto presume que el comandante de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) "algo sabía".
También mencionó que, a la altura del Palacio Quemado, había numerosos medios de comunicación y la presencia de movimientos sociales "con letreros en contra del golpe, que ya habían elaborado la noche anterior".
Insiste en inocencia y se califica de preso político
Afirmó que él y los soldados involucrados son inocentes y que los responsables "se encuentran en libertad, deambulando por las calles como si nunca hubieran hecho nada".
Sostuvo que Bolivia "ha despertado" y "se ha liberado de sus verdugos" y de los "enemigos de la patria que la han empobrecido".
Zúñiga se calificó como preso político del Gobierno de Luis Arce, a quien consideró "el peor presidente de la historia".
El excomandante fue aprehendido tres días después de la toma de la plaza. El 12 de mayo de 2025, el Ministerio Público presentó la acusación formal contra 22 personas, entre ellas militares en retiro, oficiales en servicio pasivo y civiles.
Zúñiga denuncia que el Gobierno buscaba emboscar a militares y causar un enfrentamiento
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