EL SENTIDO COMUN DE MILEI


Caminando
EL SENTIDO COMUN DE MILEI
José Mateo Gambarte Flores (*)
Después de sorprender en las primarias de Argentina, Javier Milei quiere cambios radicales en una nación agobiada por la hiperinflación y el empobrecimiento de millones de argentinos. Y , basándose en aquello de "a grandes males, grandes remedios", no duda en arremeter contra sus potenciales contrincantes del proximo 22 de octubre.
Las encuestas favorecen a éste diputado que se autodenomina como anarcocapitalista y liberal libertario y, este favoritismo lo impulsa a ser como es: vociferante, histriónico, irrespetuoso e impetuoso a la hora del debate o de la entrevista.
Este outsider político, esta desafiando a la derecha y a la izquierda argentinas de manera, incluso agresiva. La izquierda argentina actualmente se halla gobernando, luego del gobierno de derecha que dirigió el país entre 2015 a 2019.
Se dice que el sentido común suele ser el menos común de los sentidos entre algunos personajes. Por cierto esto suele ser notorio entre políticos, que no siempre traducen en sus acciones lo que ansía la población que los eligió. Es que en tiempo de campaña se prometen variadas cosas, pero enmarcadas en un ámbito que permita dar continuidad al establishment.
Milei puede parecer extravagante y no se lo puede encasillar en un estilo clásico, normal o diplomático de la gran mayoria de candidatos en el mundo. Este hombre se presenta con actitudes e ideas que conquistan a las grandes mayorías de marginados, humildes y pobres. Por eso, el éxito que lo acompaño en las primarias argentinas, porque lo que el candidato hace y dice, sería lo mismo que harían y dirían quienes votaron por él o sus futuros potenciales votantes. El sentido común de los ciudadanos de a pie les indica que hay que hacer algo urgente para detener la inflación y devolver el poder adquisitivo a los millones de humildes y pobres de la nación austral.
Así mismo, las y los argentinos quieren que termine el despilfarro y la corrupción tan campante, recurrente y normal entre gobiernos latinoamericanos, sean estos de derecha o de izquierda. Acaso el único país que, por el momento, se va limpiando de la corruptela sea El Salvador donde su presidente ya dijo que "el dinero alcanza cuando nadie roba".
Milei tiene que tratar de expresar lo que las multitudes de a pie piensan. Y las multitudes no tienen, necesariamente, que tener conocimientos académicos o estudios profundos para darse cuenta lo mal que anda un país. Ellos solo desean un alto a los problemas álgidos.
Y acá es donde aparece el candidato para enfrentarse a las entrevistas y a los debates con todo su arsenal ideológico, sus estudios de economia, sus inclinación en la escuela austriaca y su experiencia docente. Milei acepta que puede equivocarse, pues en su desenfreno, muchas veces "se pasa de revoluciones"y puede ofender. Humano es.



Pero en definitiva lo que él hombre desea es resolver la inflación, el gasto público, el desempleo y frenar la pobreza y la indigencia. Y eso, ¿Quién no lo quiere?.
ADMIRACIÓN
Dice don Jorge Patiño, en un artículo, que "el histrionismo y la novedad sacuden la monotonía y no falta quien se deje seducir", en alusión a don Ronald Maclean, que habría echado loas al argentino en otro artículo.
Pues no deberia extrañar esa seducción, que es a lo que todo político apunta. Si el pueblo llano es seducido por la propuesta del libertario, ¿por qué no estudiosos, analistas o exautoridades?, máxime si ven a la izquierda o a ese mal llamado "socialismo del siglo XX", como lo menos adecuado para este tercer milenio.
Las altisonantes y, en apariencia, "aterradoras" propuestas de Javier Milei,parecen asustar a muchos. Pero habrá que correr el riesgo, como lo hicieron con Bukele en El Salvador y ahora viven en paz.
Finalmente, Milei no es la perfección y, entre todos los males, ´parece ser que las y los argentinos, desesperados por la situación actual, decidirán el próximo 22 de octubre, elegir al menor de los males.


(*) Comunicador Social