Formación política ciudadana. Una necesidad estrategica del proceso


FORMACIÓN POLITICA CIUDADANA. UNA NECESIDAD ESTRATEGICA DEL PROCESO

Las escuelas de formación política ideológica, han sido parte de la constitución de los partidos de la izquierda a lo largo del tiempo y de la historia, en Bolivia y en el mundo. Cuando se planteaba la necesidad de la orientación política de las masas insurrectas en demanda de necesidades fundamentales, se conducía en el cauce revolucionario a través de cuadros políticos revolucionarios que tenían la capacidad y el coraje de dar línea en los peores y en los mejores momentos de los levantamientos populares.

En Bolivia, hemos vivido de manera intensa varios momentos insurreccionales y de construcción revolucionaria, y en algunos de ellos, la formación ideológica revolucionaria de la izquierda en cuadros obreros y principalmente mineros, dieron como resultado el que el proletariado se convierta en vanguardia revolucionaria y forjador de la unidad de los explotados bajo la conducción de la Central Obrera Boliviana. Esa fue la mejor escuela, la relación de la intensidad de la lucha obrera por el Socialismo, junto a la teoría revolucionaria que en cada reunión, ampliado o congreso se convertía en una verdadera escuela revolucionaria, donde se forjaban los mejores revolucionarios de ese tiempo.

Sin embargo, el tiempo, la visión errática de alguna izquierda y el propio aislamiento de la clase obrera, llevó a la desarticulación minera como clase, y a la partidización de la política en tiempos neoliberales.

Fue el tiempo en el que la COB se convirtió en cadáver, luego de ser una gloriosa creación revolucionaria obrera; dando lugar a una nueva época en el que la mayoría Indígena Originaria Campesina generó un nuevo momento de politización que relacionaba en su rebelión, la memoria larga de la identidad ligada a la lucha contra la colonización; y también la memoria corta de la lucha contra el neoliberalismo y el capitalismo para hacer posible el Socialismo Comunitario.

Es desde entonces que se recupera desde la propia COB el de construir un instrumento político
revolucionario propio, y será persistente a lo largo de los años neoliberales, pues siempre las
organizaciones y movimientos sociales en Bolivia han sido más potentes que la izquierda partidaria pues a pesar de su contribución a la politización social, siempre las direcciones partidarias han sido ajenas al propio movimiento revolucionario, y cuando eran parte, no lograban encausar y liderar el torrente insurreccional y revolucionario en marcha.
Por eso la demanda popular de un instrumento político propio tuvo un curso tortuoso y conflictivo curso, con frentes de izquierda, coaliciones, representaciones sociales, alianzas hasta lograr en definitiva que el IPSP, pensado como instrumento político revolucionario, se convierta finalmente en frente político electoral como Movimiento al Socialismo (MAS) de cara a las elecciones del 2005. Finalmente se unieron la alquimia política fundamental del liderazgo, el instrumento y el programa antineoliberal para hacer posible un nuevo momento histórico. Sin embargo de las victorias importantes del campo popular en 14 años, lamentablemente, el Instrumento por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) no pudo salir de la raigambre electoral del MAS, con el que fue victorioso pero que se quedó en la actitud de copar espacios
laborales corporativamente, antes que de repolitizar el proceso y trabajar en la creación de cuadros políticos para la revolución.

Hubo esfuerzos aislados con las escuelas de formación del MAS a lo largo de los 14 años y que tuvieron éxitos periféricos, pero que no prosperaron por problemas administrativos y en definitiva políticos pues no tuvieron el sustento orgánico para convertirse en línea central de lo orgánico. Siendo poder, dejó de ser una prioridad política el de la formación política, y sólo era exaltado en todos los discursos políticos sin acciones reales; entonces el entusiasmo revolucionario decayó y fue paulatinamente sustituido por 2 las razones materiales de acceso a derechos y mayores posibilidades económicas, que para muchos
dirigentes fue sinónimo de acomodarse en el Estado y buscar pegas para contentar a sus bases.

Desde el Estado Plurinacional, también hubo esfuerzos periféricos para trabajar en el camino de la repolitización, de esta manera el Ministerio de Trabajo, impulsó la Escuela de formación sindical, que realizó trabajo permanente en los 9 departamentos y con distintos sectores claramente definidos en el área de los sindicalizados.

En la Vicepresidencia del Estado, y desde la Dirección de Fortalecimiento Ciudadano, también se
realizaron esfuerzos importantes. Desde el año 2006 se organizaron equipos de formación que de manera itinerante realizaron talleres en comunidades campesinas, con sectores sociales de las ciudades y pueblos del país. En un nuevo periodo y de manera sistematizada desde el 2015 se realizó formación política ciudadana por módulos de trabajo y con más de 50 grupos definidos a lo largo del país, por varias sesiones y a lo largo de más de un año de formación. Algunos dirigentes hoy en función provienen de este proceso sostenido de formación política ciudadana.

Ambas iniciativas estatales también coordinaron para realizar acciones conjuntas de formación, como la formación modular sostenida en dos años de los servidores públicos de los Ministerios, que permitió que 50 compañeros por curso, pudieran formarse en el discurso ideológico y en sus habilidades políticas, Lo propio ocurrió con programa s de radio en distintos lugares del país, con conversatorios temáticos en la Vicepresidencia y publicaciones de periódicos que se repartieron a nivel nacional ("Encuentros") y cartillas temáticas para la formación.
También habrá que mencionar en este recorrido de trabajo en la formación política, lo realizado por la Escuela de Gestión Pública Plurinacional, que además de algunos talleres descentralizados en los departamentos y apoyo a algunas iniciativas, sólo se limitó a realizar cursillos para cumplir con los requisitos exigidos a los funcionarios públicos, tanto en idiomas como en legislación. Lo propio ocurrió con otros ministerios, que interpretaron el tema de formación política ciudadana como el impartir seminarios o tener oradores en conferencias llenas de compañeros para realizar "formación" penosa y aburrida durante horas, y que en realidad eran de información y no propiamente procesos de formación.

En fin este fue el caos que tuvimos en los procesos de Formación a lo largo de estos años, de experiencias importantes y exitosas pero siempre periféricas pues no fueron una apuesta de política de Estado, y tampoco la prioridad del Instrumento Político. Otras a su manera, más bien proselitistas y de propaganda más que de formación, pero para la poca e inadecuada comprensión existente sobre la formación política ideológica, todo cabía en el mismo saco. A pesar de la permanente mención de los dirigentes del Instrumento y de las resoluciones desde el 2010 en ese sentido de impulsar la formación,

no se pudo consolidar este camino, y quizás sustentada bajo la ambigua afirmación de que nuestra politización central es en las calles y es en la que nos hacemos movimientos sociales, pero que no toma en cuenta que tanto en tiempos de gestión estatal como de resistencia y construcción, solo la formación de cuadros revolucionarios hacen sostenible un proceso revolucionario.

Necesitamos que desde el estado Plurinacional se asuma la responsabilidad política de formar en la gestión política institucional a quienes asumen responsabilidades estatales de representación, y de apoyarlos en el camino de impulsar una política de gestión intercultural y plurinacional. Necesitamos que el Instrumento genere orgánicamente la formación política de cuadros revolucionarios, que tanto política como éticamente respondan al proyecto alternativo de sociedad y de país que se tiene como horizonte político, para que los dirigentes, representantes, candidatos y elegidos asuman la responsabilidad política como un servicio al pueblo.
3
Aprendimos duramente la lección de la necesidad de prepararnos con el golpe de Estado del 2019 y estamos más convencidos que nunca de la pertinencia de sostener la formación política ideológica en esta nueva etapa, para no repetir errores del pasado y descentralizar la capacidad de decisión política, pues los cuadros políticos necesarios son los que orientan y capacitan a dirigentes para tomar decisiones y profundizar el camino revolucionario, desde una mirada siempre propositiva y profundizar el camino revolucionario, desde una mirada siempre propositiva y autocrítica para avanzar. Esos serán los imprescindibles…